La siguiente mañana fue realmente horrible; despedidas, recordar tantos momentos, lágrimas, promesas... La tutora me dejó su hora de Matemáticas para poder despedirme de todos.
-Hola chicos, como ya sabeis hoy es mi último día aquí -dije conteniendo una lágrima mientras me colocaba enfrente de ellos- han sido muchos años, con algunos más que otros pero el tiempo que he estado con cada uno de vosotros no lo olvidaré. Me acuerdo de cuando eramos unos enanos y jugábamos en el barro, de cuando jugabamos a las barbies, y a todo; pero lo que más recuerdo es el instituto, estos 4 años os prometo que han sido los mejores de mi vida y todo gracias a vosotros, os quiero -empezamos todos a llorar y nos abrazamos en grupo. Aquel día las dos últimas horas no teníamos clases, algunos se fueron a casa pero otros nos quedamos. Fuimos a las gradas del patio y nos sentamos todos los de mi clase juntos. Marc se sento un escalón por encima del mio y yo estaba sentada al lado de Naiara, Lucía y Sofía. Estuvimos todos un rato hablando de todos los momentos que vivimos, a última hora se fueron todos y Marc y yo nos quedamos allí abrazados.
-¿Te acuerdas caundo te dije que eras mi vida? -le pregunté mirándole fijamente a los ojos mientras él asentía- pues creo que no me equivoqué, porque ahora estoy a punto de separarme de ti y siento que estoy perdiendo algo de mi -solté una lágrima
-No, para nada ya te lo he dicho, siempre, es una promesa -me abrazó y luego me besó
Fui a casa a terminar de preparar las cosas y comer con mi madre, ya era casi la hora cuando mi padre tocó a casa.
-Bueno hija, nos tenemos que ir -dijo sonriéndome. No me limité ni a responderle, ese hombre que me había ignorado durante tantos años ahora venia a destrozarme la vida. Cunado sali de casa vi a toda la gente del instituto con Naiara y Marc a la cabeza con una gran pancarta en la que decí "Alex, SIEMPRE, es una promesa". Empecé a llorar y les abracé, todos se echaron hacia atrás llorando y Marc se quedó alli delante conmigo, sacó de su bolsillo un paquete pequeño y una carta.
-Porfavor leela solo y unicamente cuando hayas llegado -me susurró pegando nuestras frentes. Entonces rompí a llorar no quería separarme de él, le necesitaba. Le besé y le abracé hasta que mi padre me dijo que se hacía tarde. Ya cuando iba hacia el coche, Marc salió corriendo hacia mi; tiré las maletas y djé cogerme por él en peso mientras que me abrazaba y me susurraba que me amaba; fue entonces cuando le vi llorar, Marc llorando por mi, nunca le habia visto llorar de aquella manera, se me partía el alma al verle asi.
-Te amo -dijimos al unísono y entonces me monté en el coche y saqué la cabeza por la ventanilla mientras se ponía en marcha. Fue duro, porque poco a poco quedaban mas lejos hasta perderles de vista. Entonces empecé a llorar en el coche y la radio se jugó conmigo poniendo nuestra cancion favorita, esa que Marc y yo habia cantado juntos tantas veces. Miré mi mano derecha y pude ver su anillo, me limité a besarlo y dejar que el dolor y la añoranza se apoderase de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario