jueves, 27 de octubre de 2011

Un amor de los de verdad #23

Le miraba a los ojos y más le amaba, no me cansaba de abrazarle, él me daba vida.
Le sonreí.
-Marc... si te pasase algo, me moriría -le miré a los ojos
-Nunca te voy a dejar -dijo mientras cogía mi cara en sus manos- para nosotros un siempre es demasiado corto y es que no quiero que nada ni nadie te haga daño, tengo que protegerte porque eres mi vida, y ¿sabes qué? si tú no estás...
-Yo me muero -le sonreí mientrás juntaba mi nariz con la suya.
Entonces nos levantamos y le abracé.
-Eres lo más bonito -me susurró al oído
Le besé. Aquel momento era perfecto pero de repente sonó el teléfono.
-Es Aaron...
-Cógelo, puede ser importante -dijo Marc mientras me besaba en la mejilla
-Dime Aaron -contesté
Me dijo que mi padre había muerto y después me colgó. Me quedé en estado de shock, se me cayó el móvil a la arena y empecé a llorar. Marc imaginó lo que era así que me abrazó con fuerza. Agarré su camiseta y sollocé contra ella.
-Estoy aquí, fuerza Alex, fuerza -me besó entre el pelo. Le miré a los ojos y con su dedo él secó mis mejillas. Fuimos a mi casa, mi madre me dio los billetes de avión, Marc venía. Marc y yo salíamos esa noche y mi madre iría por la mañana.
Ya en el avióm, ché mi cabeza sobre el hombro de Marc para intentar dormir pero no podía. Marc me cogía la mano con fuerza y jugaba con mis dedos.
-Me siento culpable... no tendría que haberme ido, tendría que haberme quedado con él -empecé a llorar
-Eh, a tu padre no le habría gustado nada que estuvieses así y él quiso que volvieras porque sabía que allí no eras feliz, así que no te sientas mal -me besó
-Nunca fui una buena hija, lo sé 
-Fuiste la mejor hija posible, no te martirices de verdad -me sonrió
Intenté dormir un poco el resto del viaje. Cuando llegamos, la mujer de mi padre visiblemente afectada, Aaron con el semblante serio en parte po mi padre y en parte por verme con Marc y la pequeña Ángela, destrozada. Cuando tocamos a timbre Ángela abrió y me abrazó corriendo mientras lloraba. Fuimos a mi habitación. 
-Aaron no ha saludado... que borde es -comenté
-Entiéndele amor, no es fácil, yo tampoco saludaría... -se acercó por detrás y me abrazó por las espaldas
-Tú luchaste por mi cuando estaba con él, él no...
-¿Acaso quieres que luche?
-No le serviría de nada, nadie puede apartarme ya de ti, pero lo que me refiero que por lo menos podria saludarme, no se, somos hermanos técnicamente -hice una mueca
-Supongo -apoyó su barbilla en mi hombro -bonita habitación
-Ya la habias visto -me reí y me giré para poder verle
-Ya pero no sé, me gusta -se rió- pero la dueña mucho, mucho más -me besó mientras yo me reía
-¡Que tonto! -le abracé
-Pero has sonreido -me miró a los ojos
-Gracias -le besé
-¿Por qué? -me abrazó muy fuerte
-Por todo, por aparecer en mi vida, por estar cuando más te necesito, por quererme, por sonreir, por existir -le sonreí
-Te amo -me besó

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